Señor Verano:
El motivo de esta carta, no tiene otro fin que llamar su atención, ante la desastrosa situación en la que he encontrado la casa a mi llegada.
No quiero culparle de los desastres que han acaecido en nuestra casa común, pero, he podido comprobar que usted ha hecho uso de su gran poder calorífico y ha dejado sin agua a la reserva que nuestra anfitriona señora naturaleza nos dejó.
Aunque somos de la misma edad, no me siento con fuerza para reparar el deterioro que amenaza con destruir nuestra casa, que aunque es de alquiler, la tengo como mía.
Señor Verano, hagamos un pacto para mejorar la habitabilidad en ella. Por mi parte seré generoso con las lluvias y las nieves y con la ayuda de mi Prima Vera espero poder reparar la importante sequía.
Le sugiero que baje unos grados su temperatura y si tiene buen trato con el Señor Otoño, hable con él, e invítele. Sería muy conveniente que se sumara al proyecto de mejora.
Espero que aún estemos a tiempo de parar el desastre que se avecina.
Quedo a su entera disposición.
El Invierno.
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