Hola, querida madre. Hoy me dirijo a ti para pedirte perdón en nombre de toda la humanidad.
Pues por nuestra dejadez, desidia, despreocupación y egoísmo te estamos destruyendo poco a poco, sin darnos cuenta de que nos dañamos a nosotros mismos. Pienso y digo mira que nos mandas avisos: sequías, inundaciones, huracanes, tifones, tsunamis, incendios y deshielos. No espabilamos. Por eso voy a hacer todo lo posible por conservarte y regenerarte dentro de mis posibilidades, para verte y reconocerte como cuando te conocí, con tus primaveras, veranos, otoños e inviernos lógicos y normales como antes.
Por todo lo anterior “perdón” mi querida madre tierra.
Críspulo Fernandez
Programas (M)
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